“ Y envueltos en
secos ramajes los amantes de un día Devuelven su deseo a
través de las bóvedas”
(Oscuro oficio de los muertos. Manuel Alvarez Ortega)
(Oscuro oficio de los muertos. Manuel Alvarez Ortega)
Pero ella era real, vivió y era mujer
y amó y fue amada; su nombre oscuro
vuelve a habitar la tierra bajo la tierra,
circundada de esfinges y cariátides,
cercenadas su frentes, su mirada, sus labios,
mutilado su pecho como el susurro negro
del viento que sopla en los recónditos
resquicios de los siglos. Y este túmulo inmenso
y sus ciegos pasillos soterrados
dan fe de su existencia.
Allí, en el norte, dentro del ignorado círculo
que escondía su calma y su memoria ,
jamás borrada de los sueños su exótica
belleza oriental y desértica.
Aquí está bajo esta triste bóveda,
su nombre ya corpóreo en la tumba,
el vago eco de la antigua leyenda
convertido en palabra de carne,
solo polvo en el tiempo despiadado
del olvido, que sin embargo fue, mujer,
Roxana asesinada presente en
esta oculta
sepultura en que vuelve
a través de sus arcos derrumbados
lo oscuro de su nombre.
A.P. 9/2014
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