De Laureano Albán:
N É M E S I S
Para Alfredo Piquer,
compartiendo la "culpa"
de la poesía.
Yo no tengo la culpa
porque he estado naciendo,
y el poema tampoco
porque es deuda de Dios,
ni los otros que pasan,
caravanas del mar…
Laureano Albán
¿Pero quién cometió
este crimen sin término,
de dejar la poesía agonizando así?
Ni se muere, ni vive,
ni se apaga, ni canta…
Es la reina de todo
porque todo la busca.
Es la sangre de todo,
porque todo lo mancha
con su adiós…
¿Quién cometió este crimen
que en las manos me tiembla,
que en mis ojos no duerme,
que en mis sueños despierta,
y no le huye al dolor?
¿Quién fue... Acaso todos,
o nadie, o el silencio?
¿O este herido poema
es la daga de Dios?
Yo sé bien que los hombres
cometemos ausencias,
como comete el mar
sus incendios de cielo.
Y yo sé que los días
parecen que se fueran,
pero sólo se van
nuestros pasos de niebla.
Todos somos culpables
de olvido y nacimiento:
Nuestra sombra es tan nuestra
que trata de volar.
Al final -dice el tiempo-
recibimos la paga
como vida en las vidas.
Todo queda concluso...
Todo cabe en su sombra...
Todo llora en su noche...
Todo ríe en su mar...
No hay huella que no marque
sus improntas de cielo.
No hay noche que no empape
los cuerpos del azar.
No hay alba que no tenga
pactos con el azul.
Somos culpables, sí,
porque somos heridas
intentando volar...
***
Laureano Albán
13 de junio del 2011
domingo, 26 de junio de 2011
sábado, 11 de junio de 2011
Odisseas Elytis
Oda a Santorini (Thera.Isla volcánica del archipiélago de Las Cícladas)
(Fragmento)
Brotaste de las entrañas de un trueno,
estremeciéndote en las nubes contritas,
roca amarga, sufrida, orgullosa,
buscaste el sol como primer testigo
para enfrentaros juntos al temerario fulgor
para desplegaros en el piélago como un eco.
Despertada por el mar, altiva,
erguiste un pecho de roca,
salpicada por la inspiración del viento sudeste,
para que allí grabara sus entrañas la esperanza,
para que allí esculpiera sus entrañas el dolor.
Con fuego, con lava, con humo,
con palabras que predican el infinito,
diste a luz la voz del día.
Alfredo Piquer 2006
Reata de mulas en Thera (Santorini, Grecia. Verano 2006)
Thera.-
En aquel mar antiguo de guerras y regresos
Hay una isla herida de alto acantilado;
una explosión inmensa de volcán milenario
de corazón en cólera destruyó sus jardines.
Oh isla de la tarde, corazón escondido
crepúsculo preñado de lluvia como llanto
He bajado despacio hasta este curvo infierno
de caldera de océano como a lomos de bestia
que siguiese arbitraria el trayecto tedioso
de un destino implacable.
Desde las casas blancas de cúpulas azules
que se asoman al borde del cráter extinguido
hasta el exiguo puerto, hasta la estrecha playa
de abrasada ceniza que guarda la memoria
de mi vida arrasada con voz de maremoto.
Oh isla del silencio, corazón desgarrado,
alma del mar oscuro colmada de mi llanto.
He bajado despacio bordeando el abismo
de este viaje en penumbra en que arriesgo la tarde
en una baza absurda perdida de antemano.
Hay en este camino un hedor insufrible
de muladar y estiércol que ha cubierto las piedras
de espantado silencio de puerto abandonado
y la tristeza oscura de un averno de sombra
y el terror de un camino extraño y sin retorno
que ha impregnado mis días de fetidez de heces
y ha quebrado mis sueños como esta isla rota
de volcán anegado que cae cortada a plomo
a un océano en calma quieto como la muerte.
Oh isla del olvido, corazón devastado
sueño de adolescencia inundado de llanto!
Alfredo Piquer 2006
Alfredo Piquer 2006
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