Haber estado allí, en la mítica
isla,
en la ciudad vieja como la
historia.
En Mitilene,en la isla de Lesbos.
Haber estado allí, naciendo el
mundo
frente a las costas de Asia, bajo
su aurora
de rosados dedos, su ofrenda
fascinante.
A la que puso nombre la mismísima
amante de Poseidón, donde
habitaron
los hijos de Orestes y los héroes
de Troya.
Tal vez las negras naves
recalaron aquí
antes o después de aquella
larga guerra;
por donde transitaron los santos,
aún la impronta de su huella milenaria,
los antiguos iconos de un imperio
vencido.
Ante el mar esencial, el mar como
una cuna,
el mar como una patria, el mar
Egeo.
Donde ella nació, donde trazó su
cálamo
sobre las pieles alisadas de
Pérgamo
los versos más sutiles, allí ante
el mismo mar
acallada su lira en otro
acantilado,
para afrontar el beso de la espuma.
Haber estado allí y haber sentido
el mar
igual que ella, y haber puesto
los ojos como ella
en su profundo azul, nombre
oscuro del mar,
su nombre oscurecido, su sombra
sumergida,
el mar y su silencio, sus olas como besos
como una lejanía, promesa del
amor
¿qué otra promesa? Su destino
final,
¿qué otro destino?A.P. 9/2014
La isla de Lesbos desde Assos en la costa turca. Puerto de Mitilene. Lesbos, Grecia.