El peor criminal tiene derecho a un juicio y a un juicio justo que determine de manera objetiva las penas que le deben ser aplicadas, si hubiese lugar, de acuerdo al derecho y la ley establecidos de antemano, incluso con un margen que tenga en cuenta la piedad, aunque él no hubiese tenido ninguna, porque ese derecho se lo concede la ética que él mismo ha conculcado y desde la que se censura su conducta. No se puede deplorar el crimen de unos y celebrar el crimen de otros.
Lo sublime de la expresión de la luz en el Arte no son sus reflejos ni sus
efectos, sino su extrañeza sutil.
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Sin luz no hay Arte. El Arte compone la luz y la luz compone, a su vez, al
propio Arte. Son lo mismo. Pero, sin embargo, para el Arte la luz no es ...
Hace 2 días
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