CRISTINA ROJO. DESCANSE EN PAZ
Quizá nada que ver tuvieran
los muertos con los vivos
ni con los astros , las flores o las olas
y si embargo adquieren el día de su marcha
un halo especialísimo, como un fulgor de luna
de noche despejada y grandiosa
como un aroma puro de lavandas violetas
como un rumor profundo de playa y de marea;
porque en todas las lágrimas se me agolpa el sonido
del batir de sus alas y la atmósfera
intensa de un campo en primavera
y su honda presencia que brota en la memoria
y me llama despacio a contemplar la escarpa
brusca y acantilada donde la tierra acaba,
…donde empieza el océano.
(A.P.)
CONCIENCIA
Solo queda la pálida voz,
esa voz
que se desmorona en tristezas,
en el tic-tac de relojes moribundos
mecidos en cunas de niñez y arena.
Esa voz interna que nunca duerme,
que anida en leprosos bolsillos
fecundos de soledad,
y en esas ciegas noches
donde la luz perece,
se oye el bramido azul de su misterio.
Sus cantos de sirena
no hacen tumba en las peñas,
inútil es atarse a mástiles de cera,
ni el mismo Ulises pudo
conjurarla en el cielo.
Y es así como esa voz nos sobrecoge
el día de nuestra boda con la tierra.
Cristina López Rojo
Julio 2012
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como sublime, tan artístico como esencial.
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