Lobos.-
Vienen desde lugares donde la caza
ofrece la dureza diaria de la supervivencia.
El corazón es firme y el colmillo afilado
se oculta ya en reposo tras la ternura
húmeda del belfo y la lengua dispuesta
a lamer con presteza las heridas
de cualquier camarada.
Pero cuando el aullido solitario y profundo
de los lobos se escucha en lo lejano de la sierra,
la luna esplende con la luz del misterio
de ese lazo secreto que pacta silenciosa
con el alma común de toda la manada.
2 Nov 2010
EL PAISAJE Y LOS TRENES: Eladio Cabañeo
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Bien conocido es que hombre y paisaje son dos realidades que
confluyen, que tienden al vértice. Bien los saben los poetas que han nacido
o hab...
Hace 21 horas