Fanny
Corre el ochenta y tres y el mes de Marzo;
he tenido hace días un sueño entristecido
de nevadas cimas y un viento desolado y repentino.
Hoy leo en las noticias que un accidente aéreo
ha ocurrido en el vuelo de Patna a Katmandú.
Georges Remy iba en él, era Hergé,
el padre de Tintín, tal vez Tintín él mismo
-parcequ’on a dit que Hergé c‘etait Tintín lui méme-
Hace tiempo la vida le trajo un sueño blanco
y soñó que volvía al tiempo ya perdido de juventud
y un beso emocionante se posaba en sus labios.
Ella entraba feliz en los estudios
y ocupaba su mesa que habitaban intensos
los colores del gouache y la
acuarela,
los azules del jersey de Tintín y el capitán Haddock
y las sombras sutiles de la nieve caída
en las cumbres del Tibet.
Era solo su risa y su esperanza lo único
que empujaba a Tintín a seguir en la búsqueda
de una caída estrella misteriosa.
Era ella misma la que estaba perdida
en las cimas heladas de los sueños más bellos,
ella, la ensoñación sobre la flor de un loto azul.
Tintín , Haddock, Milú, todos le habían dado
su corazón y lo sabía.
En Moulinsart la lluvia hoy se abate con fuerza
y el suelo se ha poblado de las hojas ya secas
de un desabrido otoño. Quizá Nestor consiga
traernos un paraguas cuando ya haya escampado
pero un tiempo implacable de soledad y viento
batirá inclemente el fermentado humus
de la risa y los besos caídos en la tierra.
Y ahora que este infecundo estío ha marchitado
las flores de la última
primavera
que Peggy Alcazar impuso su
gesto desabrido
y Bianca Castafiore ya no ríe al verse
tan bella en este espejo. Ahora que han vuelto al mar
sus besos y su nombre se borra en las sendas ocultas
donde mis pasos antes la seguían,
y ahora que la playa se ha
quedado desierta,
desolado y violeta el crepúsculo oscuro se oye
con la nostalgia extraña de una música zíngara.
Quizá ella aún pueda arrojar su bufanda
amarilla al vacío, que se quede prendida
entre el risco escarpado y se vea a lo lejos
y sepa que me llama, que necesita al fin que la rescate
del tedio abominable de los días.
Como un diamante oculto en la imagen tallada
de un extraño fetiche con una oreja rota,
como el tesoro antiguo que escondió en un enigma
el cruel Rackham el Rojo, como Tchang secuestrado
por el Migú en las cumbres
ignoradas del Tibet,
ahora lejana, Fanny!
Pero no, Hergé no ha muerto!
Hay un superviviente en el
vuelo abatido
de Patna a Katmandú, el vuelo 714
secuestrado a Pulao Pulao Bompa.
Hergé, Tintín y yo iremos a buscarla,
volverá nuestro abrazo y un beso emocionante
a cruzarse en sus labios unidos a los nuestros,
y ya no habrá final para nuestra aventura.
será otra vez el mar cantando en las rompientes
acariciando la arena de la playa
y habrá en el corazón un Arco Iris
por la lluvia y el frío de su
ausencia
y el
sol de la esperanza de que regrese un
día.
1 comentario:
Nosotros a veces soñamos o tenemos pesadillas que incluyen nuestro futuro porque se abren a las posibilidades todavía no ejercidas hacia las que nos movemos. Y elegimos una u otra. Las de los accidentes azarosos se relacionan menos o nada con nuestra voluntad y mucho con nuestros miedos. Durante la vigilia mantenemos a raya a ese perro cancerbero. En tu poema hay una confabulación entre el accidente desdichado y prefigurado oniricamente y la esperanza en su latitud más pura. Me ha gustado mucho. He conocido tu blog por mediación de Mayte Dalianegra y te invito al mío. Un abrazo.
Publicar un comentario