Insurrección. (A Georges Gordon Byron y Eugene Delacroix)
Surgida
de la tierra como una flor pretérita,
nacida en la umbría primavera del mundo
con la simple apariencia de una piedra
en el humus oscuro del tiempo resignado,
y sin embargo hembra, mujer, palabra desvelada,
mujer desde el silencio mujer desde la espera
y la memoria, mujer desde el olvido.
A ti te ha sido dada la mirada frutal
de la pasión y el beso, tú la elegida,
tú el amor, tú sola la que dicta
la belleza y el sentido del mundo.
nacida en la umbría primavera del mundo
con la simple apariencia de una piedra
en el humus oscuro del tiempo resignado,
y sin embargo hembra, mujer, palabra desvelada,
mujer desde el silencio mujer desde la espera
y la memoria, mujer desde el olvido.
A ti te ha sido dada la mirada frutal
de la pasión y el beso, tú la elegida,
tú el amor, tú sola la que dicta
la belleza y el sentido del mundo.
Deja caer el lienzo
que aún cubre
tu íntegra belleza , la tierna comisura
bajo los pliegues tallados de la piedra
porque el hambre, el hambre que me inunda la boca
no es otra cosa que hambre
de la piedra que ocultas tras la piedra.
bajo los pliegues tallados de la piedra
porque el hambre, el hambre que me inunda la boca
no es otra cosa que hambre
de la piedra que ocultas tras la piedra.
Millones de miradas rodearon la piedra
que
no es piedra, sino mujer oculta,
hambre perdida en el arcano del hombre
blanca soledad de piel caliza, de estancia desolada,
arcaica soledad, enterrado su amor, vejado y destruido.
Y en el tránsito escondido de los siglos
olvidaste tu abrazo, las manos que aceptaron
la fruta de la vieja discordia y has borrado en tus labios
la sonrisa enigmática de las ‘korai’,
el secreto misterio de las diosas del Nilo,
la sangre que de pronto se incendiaba en tus venas
de mármol bajo el beso roto y enamorado
de Pigmalión, oh Afrodita de Melos!
Oh tus brazos, tus brazos, invisibles
porque abrazan el mundo!
hambre perdida en el arcano del hombre
blanca soledad de piel caliza, de estancia desolada,
arcaica soledad, enterrado su amor, vejado y destruido.
Y en el tránsito escondido de los siglos
olvidaste tu abrazo, las manos que aceptaron
la fruta de la vieja discordia y has borrado en tus labios
la sonrisa enigmática de las ‘korai’,
el secreto misterio de las diosas del Nilo,
la sangre que de pronto se incendiaba en tus venas
de mármol bajo el beso roto y enamorado
de Pigmalión, oh Afrodita de Melos!
Oh tus brazos, tus brazos, invisibles
porque abrazan el mundo!
Pero la luz de cobre que ilumina los cuerpos mutilados,
la belleza violada, los arrasados campos,
la espantosa matanza de la isla de Quíos,
llama a la insurrección, convoca a sacudir
el yugo ya insufrible de los Persas.
En el día en que la blanca belleza que aflora
del pasado, lanza su grito blanco de libertad.
Patria mía, hoy tan bella y perdida:
Levántate como esta piedra sublime y exhumada.
Ella, la que convence al héroe que habita
tras muros de silencio y le ha prestado
los brazos para abrazar la patria
que expira en Missolonghi.
la espantosa matanza de la isla de Quíos,
llama a la insurrección, convoca a sacudir
el yugo ya insufrible de los Persas.
En el día en que la blanca belleza que aflora
del pasado, lanza su grito blanco de libertad.
Patria mía, hoy tan bella y perdida:
Levántate como esta piedra sublime y exhumada.
Ella, la que convence al héroe que habita
tras muros de silencio y le ha prestado
los brazos para abrazar la patria
que expira en Missolonghi.
Y ha caído a tus pies la dorada manzana
que sembró la discordia
y tus manos se abren en la perenne súplica
y tus versos sollozan sobre las tristes ruinas
del templo de la virgen surgida de la mente
de un dios como un poema.
y tus manos se abren en la perenne súplica
y tus versos sollozan sobre las tristes ruinas
del templo de la virgen surgida de la mente
de un dios como un poema.
Casta diva, desde el templo inmortal
vuélvenos el semblante
desvelado!
Volverá a escucharse nuestro canto de guerra
exigiendo la sangre corrupta y predadora
del vil y el poderoso. Una diosa nos llama
a la rebelión y el azul ancestral
de un oleaje antiguo batirá el occidente
y romperá los lazos que nos atan ahora.
Volverá a escucharse nuestro canto de guerra
exigiendo la sangre corrupta y predadora
del vil y el poderoso. Una diosa nos llama
a la rebelión y el azul ancestral
de un oleaje antiguo batirá el occidente
y romperá los lazos que nos atan ahora.
Se encenderán los versos en el largo
cañón de los fusiles, brillará su destello
en el filo curvado de los sables
y llamará el poeta a tus hijos dispersos
que vuelvan a llenar las copas con el vino
ardiente para romperlas al empuñar las armas.
en el filo curvado de los sables
y llamará el poeta a tus hijos dispersos
que vuelvan a llenar las copas con el vino
ardiente para romperlas al empuñar las armas.
De nuevo recobrada la libertad perdida,
quebradas las cadenas de su opresión última,
como
una flor antigua surgida en la sombría
primavera y en el humus antiguo, mecida entre tu brazos
primavera y en el humus antiguo, mecida entre tu brazos
tus
brazos insurrectos, tus brazos, oh tus
brazos,
tus
brazos invisibles porque abrazan el
mundo!
A.Piquer Diciembre 2013
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