Súplica a los poetas.
Habladme, sí, vosotros, que tuvisteis
el privilegio de la voz más honda,de la palabra bronca, sincera y contundente,
de la palabra rota que llegaba hasta el alma
porque brotaba también de vuestra herida.
Dadme un verso, ángeles de la sombra,
humanos fieramente, aunque sea de calibre escaso
su munición futura; un verso seco
pero de estopa o yesca que prenda en un poema,
un lucero lejano, un destello fugaz
en la calma del mar desde la vista
de un cementerio costero en el crepúsculo.
No os exijo gran cosa; no llegaría nunca
a escribir una oda, ni acaso en la ceniza;
o pretencioso, a habitar allí donde el olvido
o jactarme de un peritaje en lunas.
Quisiera un solo surco de la estela
del barco de algún marino en tierra,
el ángulo minúsculo de una sombra
cerca del paraíso, la brizna de algún beso
tibio aún y otoñal, caído a tierra.
Será la humilde voz que yo os deba a vosotros.
Porque intento escarbar, en esta tierra negra
que hiede ya en el fondo de la fosa
vacía que ahora soy, inútilmente;
en busca de la voz que alentaba hace tiempo
mi palabra salobre como un légamo
de lecho portuario; porque busco
un ápice siquiera del sonido del mundo.
Dadme la voz, cualquier breve palabra
que ya os sobre. El verso más pequeño.
Porque mi pluma ya no sabe escribirlos,
y solo llena el papel de manchas ilegibles
de tinta emborronada con sus lágrimas.
2 comentarios:
Ayer ya me pareció bueno a simple o doble escucha. Leer no cabe duda que tiene otro aliciente, otro recreo en las palabras y otra posibilidad de degustar más lentamente. También captar todos los guiños que haces a cada poeta.
Como dice Pessoa "el poeta es un fingidor" y me cuesta creer que andes tan sin versos que calzarte. Un beso.
No creo que haga falta que ningún poeta le dé nada.Ya lo es.
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