Besos.-
Tu piel es mineral como la noche cósmica;
tus besos, oleaje de orillas estelares
de infinitud azul y transparente.
Y regresa a mis labios el anhelo del viaje
sobre la nave ligera de los días
que arribe hasta la playa de tu voz
y tu risa porque ellas son los pájaros
que de nuevo se posan, plateados y blancos,
en la arena amansada donde habito,
bajo el ábside sacro de inmensos arbotantes
que han tallado las olas; la catedral de roca
donde solo se eleva la plegaria del viento,
la oración del océano. Y hay un destello súbito
de nacar luminoso en las constelaciones
que transitan los pájaros, cuando el agua retorna
a la luz protectora de la espuma que rompe,
un brillo inmarcesible de diamantes minúsculos
en el fragor marino y en la marea dulce
de tus labios que vienen y se van
y que vuelven mientras todos los besos
se nos pueblan de estrellas de tu voz y tu risa
y de otro viaje azul de olas y de pájaros.
23.7.12
1 comentario:
"Y regresa a mis labios el anhelo del viaje... sobre la nave ligera de los días" Continúa, Alfredo. Va camino de página inolvidable de tu próximo libro.
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