Como una terca sombra, tu recuerdo.
(Javier Vela. Tiempo adentro)
Cada vez que te alejas, cada vez que la ausencia
gélida sustituye el efímero rastro
de tu piel clara y tus ojos profundos
la huella que en mis ojos imprimió tu sonrisa
el lejano fulgor de un oscuro oleaje en tu mirada,
una náusea oscura se aviva en la memoria
y me abisma en la distancia de su herida …
Cada vez que constato que no estás, que te has ido
se desmorona un poco más el último
deseo de reanudar el tiempo
y niego con un gesto la apariencia del mundo
todos los otros mares
y cubro con la mano mi mirada vacía
y te oculto otro océano que se orilla en mis párpados.
No será de hojas ocres este otoño
no vestirá pisadas de cadmio luminoso
será de hojas violáceas y azules de penumbra
como un mar en la noche
de rigidez oscura y pálido crujido
y rumor de resaca sobre las piedras tristes
de la orilla que entrechocan su sonora derrota.
No se oirán apenas mis pasos al regreso,
se apagará la tarde sin que nada
pueda ahora detener su lenta, paulatina,
su exánime agonía.
Quizá regrese terca tu sombra, tu recuerdo
quizá vuelva a mis ojos tu sonrisa
avivando la herida en la memoria
como un eco perdido, un fulgor apagado
una náusea oscura, un crujido de hojas
marino y desolado al constatar de nuevo
que no estás, que te has ido.
1 comentario:
La calidad del poema es notoria, es incluso estúpido decirlo porque salta a la vista de cualquier lector acostumbrado a leer versos.
El poema es brillante por sí mismo en su factura. Pero también lo hallo descomunal por la fuerza arrolladora que contiene, el sentimiento transmitido con una perfecta exactitud hacia donde más llega, ahí adentro, en lo más profundo del lector.
Eso... dicen... define la poesía mayúscula. Yo la llamo excelente.
Gracias, Alfredo. Es un placer haber leído este poema.
laura (minúscula)
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