No me llames, renuncio a tu palabra,
huyo con la marea, claudico, retrocedo,
ya no habrá mas acoso de nuevas pleamares.
Vuelvo hacia atrás, soy anónima umbría
en los azules pazos que hoy invade la niebla;
donde ya solo cunde este llanto callado
de escoria y de ceniza
y se han tomado en piedra las pálidas sirenas
que proclamaron mi nombre en la resaca ;
que un día sostuvieron mis blasones de espuma. es ya solo el fantasma que crepita en los bosques
y ha vestido la tierra de luto riguroso, de una extraña marea de ajados vegetales
como las cruces de un ocre cementerio.
No me llames, porque ya he regresado
a la tiniebla helada del granito, al lodo desolado del lecho portuario,
donde el alcohol de cobre de viejos alambiques
adormece la ardiente memoria del fracaso.
Aquí yacen las naves de fingida inocencia
que traficaron con mis sueños de amor,
que arrojaron al agua con prisa delincuente
incontables alijos del polvo de mi nombre.
Seré el último muerto en la Quintana
detrás de aquella fábrica de piedra atormentada
donde el sol del crepúsculo pinta dorados líquenes
y detienen sus rutas circulares los astros.
y seré piedra rota, talla decapitada
de un anónimo apóstol de arquivolta.
Me perderé en la playa
para trazar finales trayectorias oscuras
que conducen hacia el único norte,
hacia el mar que ilumina con brasas minerales
el brillo plateado de los seres marinos.
Hasta que ya no puedas soportar por más tiempo
la ausencia de mi nombre entre en tus labios
el sonido perdido que solo tú convocas
como creciente flujo de aguas que te cercan
y atraes como la luna;
hasta que vuelva a crecer en tu boca
y me llames y digas: eres tú la palabra
el fuego y el olvido, el nombre que no ceja
como el mar que siempre se renueva
y vuelve, y vuelve, y vuelve
y vuelve para siempre.
A. Piquer ("Paleografías)
1 comentario:
La densidad del poema es parte de la tortura que relata. Y, de repente (o eso a mí me parece), se relaja en la última estrofa, más ligera y profundamente romántica. Porque ahí está la motivación que mueve cada verso.
Quizás es un juego formal no buscado, quizás, sí. Sea como sea, lo he notado al leer y eso es genial.
Un beso.
Laura
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