Mas zarparán todos los barcos
hacia la lejanía de un horizonte inédito
bajo los cúmulos de sombra de este mundo de aquí
ya tumefacto, ajado, desabrido;
partirán , puede ser, en busca de la luz
de un alba diferente.
Me quedaré en el puerto preso de la derrota,
perplejo y arrasado de llanto solitario
sin haber entendido la gris oscuridad de la tormenta
que ha azotado la costa,
la densa opacidad de su amargura,
sentado sobre el muelle, la mirada perdida
sobre el líquido abismo, verde oscuro,
que me llama en silencio
bajo los pies helados.
A. Piquer (6.10)
2 comentarios:
De lo mejor que he leído últimamente. Sincera reflexión en esa frontera abismal. Lo difícil, en este caso, es percibirse allí y ser consciente de lo que allí se sentirá.
Existencialismo en la línea en la que existir es casi una anécdota.
Un beso.
Laura
hermosos la imagen y el poema.
me interesa la imagen solitaria
del hombre ( o la mujer)
parados en el extremo del muelle
idos ya el barco y la esperanza.
saludos
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