Hey! mr. tambourine man, play a song for me,
i'm not sleepy and there is no place i'm going to.
hey! mr. tambourine man, play a song for me,
in the jingle jangle morning i'll come followin' you.
i'm not sleepy and there is no place i'm going to.
hey! mr. tambourine man, play a song for me,
in the jingle jangle morning i'll come followin' you.
(Bob Dylan)
I.- Mr. Tambourine man (Sobre la canción de B. Dylan del mismo
título)
Hey Señor Dylan, colega imprescindible
de los dorados sueños juvenilescuando acaso cantabas tus poemas
diáfanos como un grito.
Vuelve a cantar para mí tus canciones,
ahora que los años tampoco se apiadaron
demasiado de ninguno de nosotros
y el insomnio destroza nuestras noches
sin que haya un solo sitio a donde dirigirse;
quizá por la mañana las cosas puedan verse
un poco de otro modo.
Tal vez me haya perdido en una cierta parte
la hondura de los días transcurridospero ya sé de sobra que los sueños
se convirtieron poco a poco en arena
caída de mis manos vacías, como un castillo
deshecho por las olas que vuelven a la playa
y la noche cerrada se ha adueñado
de las calles desiertas donde antes transitaron
mis pasos hoy inmóviles vencidos de cansancio.
Hoy cuando las esquinas de la vida me hacen
un chantaje indecente y exigen
que cercene sin piedad la cabeza de los sueños perdidos
a los que me he aferrado desesperadamente,
a cambio de un minúsculo gramo de su oro
deslucido , de la torpe falacia de su calmo
sosiego de tediosa tristeza.
Hey señor Dylan, toca un poco la armónica
y recuérdame al niño que trataba
de tocar como tú ‘blowin in the wind’
y como Pete Seeger ‘michael row the boat
ashore’ y como Johny Cash ‘orange bloosom special’;
porque ya no sabría dónde ir aunque quizá mañana
puediese ver las cosas de otro modo.
Porque una y otra vez me embarcaría
en el mágico barco que me acunay me lleva entre su brazos de triedros azules
como un nítido cielo de diamantes o estrellas
en el único sueño que deseo soñar.
Volveré a buscar mi vieja armónica
y tocaré contigo porque ya no es cuestión
de recrearme demasiado en mi propio desánimo
ni pretender tampoco que mi pobre poema
mida perfectamente.
Después solo quisiera diluirme en la música
lejos ya de la frialdad de los papeles
y la frágil inutilidad de las palabras.
Todo el tiempo pasado convertido ya en ruina,
la sorda tiranía de los malos recuerdos
deshecha como niebla, muy lejos del dominio
cruel de la tristeza.
Los castillos de aire transformados en playa,
sentado frente al mar, olvidado el naufragio,tan solo en los sentidos la libertad del viento,
vencido ya el insomnio, y el amor aún en la mirada.
Hey Señor Dylan, colega imprescindible
vuelve a cantar para mí tus canciones, quizá el amanecer vuelva a ser bullicioso;
habrá entonces un sitio a donde dirigirnos
para seguirte y seguir persiguiendo nuestros sueños.
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